Aforismo: sentencia breve y doctrinal que se propone como regla en alguna ciencia o arte.
Real Academia de la Lengua Española
Cuando digo literatura, una chicharra está cantando y otra muere en medio del día.
*
Si al principio fue el verbo, después tuvo que surgir el relato.
*
No, no es suficiente con que el mundo exista y la conciencia acerca de él. No es suficiente con intuir lo que hay más allá de esta dimensión. Se sueña, se supone. Se observa el caos perfecto con que gira el café en una taza y alguien dice que así comenzó el mundo.
*
Cuando digo literatura tal vez una guerra empieza. Pero habrá quien se refugie en el mapa de sus propios laberintos, quien insista en inventar su propio espejo.
*
Un día se escribió un libro de arena.
*
Digo literatura y de repente somos todos brujos. Poseemos un don al levantar la cara del texto, entonces reconstruimos al personaje y escuchamos sus palabras con el timbre que imaginamos. Madame Bovary tiene voz ronquita, Alonso Quijano un tiple agudo.
Digo literatura y Héctor es infinito antes de tomar su espada.
*
En la maleta del padre de Orhan Pamuk hay una lista eterna de razones para no callar nunca que el Fósforo es una vena libre.
*
Claudio Magris, que tanto ha pronunciado la palabra, que ha dicho literatura en italiano con la misma devoción que Italo Calvino, que Salvatore Quasimodo, que Giuseppe Tomasi di Lampedusa, sabe que la conversación derrota a la utopía, que mientras estamos juntos, mientras nos leemos, hay un por qué seguir sobre la Tierra.
*
Pocas verdades como las que se asfixian en Comala o en el Ixtepec de Los recuerdos del porvenir. Pocas verdades como un racimo de quelites, muy pocas, como tres o cuatro cráneos de azúcar sobre la ofrenda anual que se multiplica ad infinitum.
*
Digo literatura y no tengo que mentirme.
*
Cada libro su lector y cada lector sus finales imposibles.
*
En el Mal de Montano, muy recomendable novela de Enrique Vila-Matas, uno de los personajes asegura que contra el Círculo de Praga “nada ni nadie ha podido, ni podrá”. ¿A qué se refiere esa frase?, ¿de qué circunferencia estamos hablando?, ¿por qué es invencible? El narrador catalán alude a la literatura, pero no a cualquiera, sino a la grande cuyo peso y fondo es imposible someter. Sucede igual con toda expresión artística que toca la médula de lo universalmente humano, una expresión que miente muy bien y de ese modo señala la verdad, diría Mario Vargas Llosa.
*
Un arte en el tiempo, pero también en el espacio, “dame un cronotopo y moveré el mundo”. Bajtín sonríe.
*
Inventaré la historia de la joven que quería ser cucaracha.
*
Digo literatura y el sueño se enciende con la rústica lámpara de Orlando: un frasquito repleto de luciérnagas cautivas.
*
Hay algo más debajo de las letras, algo más allá de lo que son, aunque también vivan en silencio.
*
Mc Ondísimo, un no lugar, una tierra de nadie, una selva caliente, un corazón de las tinieblas enterrado en la Isla del Tesoro que era en sí el tesoro.
*
Somos, después de todo, textos de textos que cuentan textos. Somos accidentes narrativos, anagnórisis, peripecias, gráficas de Aristóteles; eso somos.
*
Digo literatura. Invoco el castillo de Montaigne y fragmento, rompo, desgarro lo que aprendí, ése tiene que ser el orden, la arquitectura del pensamiento.
*
Un virus, una leche blanca en los ojos, una insistente ceguera que nos sigue, que evitamos con los libros y sus vacunas.
La niña que roba libros. La muerte que lo cuenta. La niña que mata a su madre y a sus psiquiatras. Chimal que lo dice. La niña de un país vecino que muere de amor y de canciones.
*
Digo literatura y algo quebrado, pero llevado a su última tensión, aseguran los formalistas, se repliega, se enroca como serpiente jugando a estrangular un conejo.
*
Alicia en coma.
*
La Reina de Corazones a punto de cortarle la cabeza al papá de Kafka. He ahí una solución final, un equilibrio de fuerzas cósmicas.
*
El extranjero que dispara en un día nublado. He ahí la verdadera razón de un dilema existencial: escribir o no escribir un diario.
*
El Idiota sin castillos, sin té negro, sin la nieve casi azul de sus tristezas. He ahí una imagen para rescatar Rusia, la del tren, la de la guerra, la de la madre, la de Gogol, Gorki, Tolstói, Dostoievski, la de Marina Tsvietáieva, la de sus cartas a Rilke.
*
Digo literatura sin pretensiones. Sin ganas siquiera de salvarme.
*
Invéntame de nuevo la soledad, Auster, dime que se puede escribir a falta de luna.
*
La verdad es que no fue Atenea quien se le apareció en sueños a Ulises. Siempre fue Calipso, siempre. Y siempre fue suicida.
*
Sólo una vez aquí se desgarraba el rey de Texcoco, sólo una vez aquí, cerca de las flores del cacao y las maldiciones de Quetzalcóatl.
*
No se puede escribir sobre literatura sin hacer literatura. Está prohibido.
0