Visiones

Maricela Figueroa: la belleza de un instante

Las fotografías de Maricela Figueroa surgen de la contemplación de lo cotidiano y de la búsqueda de las raíces mexicanas. Ha recorrido el país documentando la naturaleza, la arquitectura y las manifestaciones artísticas de las comunidades, en especial, la danza tradicional. El México que registra su cámara es un aliciente ante la crisis de violencia, pero también una invitación a revalorar la cultura vasta de los pueblos originarios.


Con Maricela Figueroa Zamilpa, persona sumamente abierta al mundo y a las personas, basta pararse junto a ella, cruzar una mirada sincera, para tener una nueva amiga del alma, si así lo quieres. Es transparente y a la primera frase que estableces con ella sientes que la conoces desde hace años.

Siendo mujer entre tres hermanos, pronto aprendió a tratar con los hombres en la vida, a defenderse de ellos, a jugar con ellos, igualando fuerza e ingenio. Aprendió a leer los rostros casi a primera vista. Soy testigo de que, hace tiempo, al llegar a su trabajo, vio a una persona (un contrincante laboral) y supo de inmediato que pasaba por un problema cardiaco: enseguida ella misma lo llevó al cardiólogo, y de esta manera se salvó. La diferencia quedaba atrás, muy atrás. Ella “lo vio” y actuó humanamente.

Maricela Figueroa. Fotografía de Guillermo Reza

Esa gran habilidad para leer los rostros y los momentos la usa diariamente para encontrar la imagen indicada, la que le espera y que en el fondo va preparando en acuerdo silencioso, telequinético, con el fotografiado.

Públicamente son más conocidas sus fotos y acuarelas, que sus óleos, murales, pasteles y tejidos. Además, y es mucho más, tiene una gran mina de relatos que puede contar durante horas, cada uno aleccionador, gracioso o sorprendente. Su hospitalidad es reconocida, pues trovadores, pintores, grupos artísticos enteros que están de paso por Cuernavaca se alojan en su casa, que ella abre comprensiva, consciente de que resulta caro para ellos conseguir estancia. Le agradecen con obras, con composiciones que nacen en su espacio de creación, en sus tertulias, en paseos que les brinda para enraizarlos a la ciudad, o bien a sus tierras matrias de Guerrero.

Maricela tiene en su historial productivo en Morelos al menos tres murales. Fueron coproducidos por destacados artistas locales y de la región. Entre ellos están los hechos para dos sedes de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), uno con el tema de la llegada de los africanos a México, ahora nuestros paisanos afromexicanos, y el que celebra a Nelson Mandela.

La penitencia, Semana Santa en Tepecuacuilco, Guerrero

En ese segundo mural, se unió a la causa de numerosos grupos del país que luchan por la paz, como el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que convocó durante septiembre de 2013 a realizar acciones organizadas contra toda manifestación de violencia, promoviendo la reflexión sobre la convivencia pacífica y las formas de realizarla, de hacerla parte de nuestras vidas diariamente. Así que músicos y artistas plásticos desarrollaron el proyecto “Nelson Mandela y la paz”, y produjeron un video que mostraba la elaboración del mural, acompañado por la obra musical “Mandela”, del compositor Arturo Ciprianodonte, y la intervención de otros músicos-pintores, estudiantes de la Facultad de Artes de la UAEM, los Artistas Aliados Cuernavaca y más de ocho músicos de agrupaciones como SomBit, Guayafunk, Mitotejazz, y coros como Tloque Nahuaque.

Maricela ha participado en numerosas exposiciones de pintura y fotografía, individuales y colectivas, tanto en el país como en el extranjero. De los últimos dos años destacan sus series de fotos Pueblos negros de la Costa Chica de Guerrero, las Danzas de dichos pueblos y de las mujeres de varias regiones del país. Una de ellas, la titulada Danzas de la memoria, fue exhibida en gran formato en la costera del Centro Cultural Acapulco, lo que atrajo a centenas de miles de visitantes. Su resonancia dio lugar a que esté ahora exhibida en el metro Cuatro Caminos de la Ciudad de México, en donde sin duda tendrá millones de vistas.

Vendedora de gallinas, Chiapas

Para este número de Voz de la tribu se han seleccionado algunas de sus fotos de la serie de mujeres y niñas de Tlamacazapa, población del municipio de Taxco, Guerrero. Debemos saber que, desde hace varios años, Figueroa visita ciertos pueblos del país; también en éstos requiere de una especie de “permiso local” para entrar, y más aún para tomar fotos, pese a que ella es guerrerense de nacimiento. No detallo los riesgos por los que pasó para conseguir estas imágenes. Dejemos que las mujeres y las niñas de las fotos hablen.

Veamos el ceño de cada una de ellas, profundo, con doble hondonada. Casi se cubren la totalidad de sus cuerpos con el rebozo, y apenas dejan ver sus ojos y frente. Lo que atestiguamos en otros pueblos hace cincuenta o más años tiene vigencia en éste (son fotos recientes), casi despoblado de hombres y jóvenes. A Maricela le han concedido tácitamente rostros y momentos, retratar la vida dura que han llevado, con enormes cargas a cuestas.

La señora Alicia y su esposo

Miren a una niña con el rostro angelical, libre de las terribles huellas que tienen sus mayores. Es bellísima, su alegría aún no se borra como en el resto. Quizás ese sea uno de los mensajes que portan las fotos de Maricela, reconocer estos rudos contrastes sobre la situación de las mujeres y niñas en el país, nuestras mujeres, aquí cerca, en el tiempo y en el espacio.

Marzo de 2017 ❧

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Miguel A. Izquierdo Sánchez
Miguel A. Izquierdo Sánchez
Promotor cultural morelense.
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