El 26 de septiembre de 2014 se cometió un crimen de Estado contra 43 estudiantes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, en Ayotzinapa, Guerrero. Hoy nos siguen faltando y los queremos de vuelta con vida. Pero también nos faltan los miles de mexicanos desaparecidos y asesinados. La poesía es, quizás, el antídoto para seguir resistiendo a la espera de la justicia. LUNA DE SANGRE Otra vez octubre –nada es casual– la bandera de México resbala de su pedestal como perdiendo identidad En la cuna de la bandera en Iguala han resbalado a un abismo de ignominia jóvenes estudiantes de...
Los relatos de Yeni Rueda López (Morelos, 1990) transitan por el arte de la sugerencia y apuestan a la...
Sobre la calle Hidalgo de Cuernavaca resalta a la vista la que fuera por más de medio siglo la...
CONTAR NADA. Y que esa nada sea lo que oprima. Nada porque lo básico no tiene comienzo, porque no...
Dos cuerpos frente a frente son dos astros que caen en un cielo vacío OCTAVIO PAZ El cuerpo es...
EN LA PRIMERA EDICIÓN de la revista Voz de la tribu, inicié mi columna de poesía con un texto...
Nadie podría condenarla ni absolverla. Su cuerpo sólo le pertenecía a ella. “Soy yo quien lo quiere”. Era su...
En la entrada norte de Cuernavaca, rodeada de árboles y palmeras, se yergue una escultura ovalada sobre una glorieta...
ENTREVISTA A PERICLES LAVAT Con un rumor de violines de fondo, frente al ensayo de una puesta en escena...
El lenguaje modela nuestra manera de estar unos con otros, pero ese mismo lenguaje es corrupto. Lo es por...