¿En qué consisten la pérdida y el dolor? ¿Cómo pueden traducirse en poesía? Miriam Ponce –egresada del Diplomado en Creación Literaria en la Escuela de escritores Ricardo Garibay– buscó un refugio en la palabra para dar respuesta a estos cuestionamientos. Y los versos que te presentamos son el resultado de esa exploración.
Suena el timbre,
dijo mamá desde su cama,
abre la puerta,
me espera la vía láctea. De par en par
en la ventana caía el último rayo de la tarde.
Me levanté para ver partir
sus ojos inmóviles
mientras me encontraba en su mirada
ya lejana
como la sonrisa del sol.
De su boca salió una sombra
pálida, ligera.
II
La tumba de mi madre
es esta casa
que nadie visita.
Mi abuela piensa que sus cenizas
vuelan por todas las habitaciones
que su alma no tiene descanso,
la sueña por los techos
lluvia de arena blanca
remolino de los ventiladores.
Mi abuela argumenta que debe haber lugar santo
para levantar una cruz
sembrar flores enredaderas
una lápida para la conversación imaginaria.
No
se equivoca.
III
No debe ser el mar
pues el alma iría y vendría
sin pausa.
No debe ser el viento
pues se perdería entre los árboles más altos.
No debe ser la casa
que nunca guarda silencio.
Debe haber una urna
donde no escapen palomas blancas.
IV
Abría el envase que contiene
pulverizados
los brazos que alguna vez me sostuvieron;
tomaba puñados de sus dedos,
puñados de su cabello,
toda ella hecha arenilla
que llevaba a mi boca como azúcar.
Y así era, dulce granulada.
Soñé que comía las cenizas de mi madre
en un intento de abrazarla.
V
Se debe tener un lugar sagrado para recostarse en el aire.
Gritan las lágrimas
de mi abuela.
VI
Sueña el día con arrullar las nubes
el azul del cielo con arropar las estrellas
como sueño entre la sábana con que envolví a mamá
tras el torbellino de tos
que terminó asfixiándola.
Un venadito atardece arropado en el manto de la luna.
VII
Abuela desea ser enterrada.
Seguro en esa tierra brotarán flores
violetas, un árbol de raíz tierna,
tronco de savia dulce
y piedras preciosas en lugar de hojas.
Zumbido de alas de mariposas y colibríes,
un desfile de universos entre sus ramas.
Abuela deseaba enterrar a mamá
pero mamá siempre quiso ser la tierra. ❧
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