Integrantes de la Dirección de Formación Ciudadana de la UAEM han forjado un espacio para la reflexión, cuyo objetivo es fomentar la noviolencia, el respeto de los derechos humanos y ciudadanos y la autogestión social. Es un semillero de ideas y propuestas abierto a la sociedad en general; para obtener más información, escribe al siguiente correo: contacto.fc@uaem.mx.
EL 11 DE MARZO DE 2015 DIO inicio un taller que hemos nombrado “Formación en la paz y noviolencia”. Este proyecto es la culminación de un proceso de comunicación e integración colectiva y, a la vez, el inicio de un ejercicio que busca un medio propicio para crecer y desarrollarse, en aras de construir un nuevo modo de relacionarnos y experimentar con la cultura de la paz y noviolencia.
Está de más explicar la crisis civilizatoria en la que nos encontramos. México es hoy un territorio fuertemente golpeado por el insaciable crecimiento capitalista, que en su andar destruye a la madre Tierra y se deshace de todo aquello que no le sirve a su maquinaria monetaria. Una crisis que muestra el carácter corrupto y criminal del Estado mexicano, que ha encontrado en el crimen una forma de reproducción de su existencia; una crisis ambiental inigualable, y todo ello con un costo social y moral que además ha conllevado –hasta el mes en que esta formación comenzó– la dolorosa cantidad de más de 160 mil muertos, 30 mil desaparecidos y 500 mil desplazados1… sin contar a las familias de estas víctimas y las generaciones futuras, que tendrán que realizar un arduo trabajo para reconstruir el entramado social que se ha roto.
En estas condiciones hemos empezado a caminar. Dos veces por semana nos reunimos en “la cabaña”, en el campo experimental de la Facultad de Agropecuaria de la UAEM, espacio que nos ha permitido crear con toda libertad una serie de dinámicas participativas, en las que podemos analizar los modos en que –de manera casi imperceptible– reproducimos la violencia. También hemos realizado actividades en las que desarrollamos procesos de toma de conciencia, que buscan propiciar una actitud que nos permita “desobedecer a toda orden inhumana”2, identificando las distintas formas de violencia en las que la cultura hegemónica se desarrolla.
Para unos, el taller es un espacio de expresión:
Me atrapó el nombre: “Formación en la paz y noviolencia”. Un llamado y un desafío. ¿Cómo existir en la noviolencia en México? La primera vez que asistí me desbordé en palabras; tenía mucho para compartir, pensamientos que no había podido expresar en las marchas. Sentía rabia e impotencia, por no saber cómo participar en ellas, y un poco de desesperación y coraje. Una realidad que todos los días me rebasa y que ya no quiero conocer, pero que al mismo tiempo es nuestra. Hablar del dolor que sentimos cada día en nuestro país, insertos en una espiral violenta, enorme y cruel. Sí, hablar y expresar, pero en un ambiente inclusivo, tolerante y respetuoso con mis opiniones, con la reflexión; esto no lo había encontrado así… (Adriana Marroquín)3.
Para otros es un descubrimiento:
…indiscutiblemente son formas diferentes de ver y apreciar la violencia que nos rodea, desde una perspectiva más reflexiva y razonada. Nuestra práctica de vida nos hace olvidarnos de muchos aspectos en los que la violencia está presente, se ha vuelto cotidiana, sin encontrarla siquiera fuera de contexto. (Ana Lilia Rojas).
A lo largo de nuestras sesiones compartimos y dialogamos sobre las alternativas que también se han construido a través de la historia para hacer frente a todos los tipos de violencia, con el fin de que seamos conscientes del camino que elegimos para resolver los grandes retos y preguntas4 que genera la búsqueda de la paz con justicia y dignidad.
El taller ha sido una oportunidad de construir nuevas ideas desde la diversidad, apoyándonos en dos experiencias colectivas que han sido muy enriquecedoras: El Arca de Lanza del Vasto (Francia-México), y Serpaj Morelos, Colectivo “Pensar en voz alta (México), que a través de los años han reflexionado y actuado bajo los principios de la noviolencia, inspiradas en grandes actores de la transformación social, como Gandhi, Lanza del Vasto, Martin Luther King, David H. Thoreau, Iván Illich, Juan Carlos Marín, Ejército Zapatista de Liberación Nacional, entre otros, con el fin de modificar las condiciones de una cultura que a través del tiempo ha mostrado su violencia, la normalización de ésta y la deshumanización que se profundiza en la reproducción de su existencia. Estas experiencias han sido terreno propicio para el cultivo de muchas y muy diversas formas de resistencia y organización comunitaria, que privilegian la vida, la autonomía y la autodeterminación de individuos, colectivos y pueblos.
…El carácter fundamental de la noviolencia no es permitir que el otro me agreda a capricho, sino resolver los conflictos de manera certera con acciones llenas de simbolismos, para crear un impacto en la relación social que genere un cambio significativo y no destructivo. (Adrián Muñoz Nava).
A través de varios ejercicios hemos entendido que la noviolencia es encontrar formas creativas de hacerle ver a nuestro adversario aquello que no ve y que lo ha deshumanizado; de usar la “Fuerza de la Verdad”5 para transformar su conciencia y restituir la justicia, algo que resulta extremadamente violento porque obliga al otro a reconocer la repercusión de sus acciones.
Hemos visto que el taller ha servido para cimentar un nuevo modo de relacionarnos con la Tierra, fomentando un modo de vida cada vez más simple y menos devastador.
Actualmente tenemos 32 participantes. Algunos estudiantes de las facultades de Farmacia, Humanidades, Artes, Agropecuaria, Enfermería, Ciencias de la Educación e Ingeniería; profesores de la facultad de Contaduría, Administración e Informática, así como personal polivalente de la universidad y público externo que ha mostrado interés.
Durante varias sesiones hemos contado con la participación solidaria de interventores expertos en el tema, como Javier Sicilia, Pietro Ameglio, George Voet, Roberto Ochoa, Francisco Alanís, Mariana Ochoa, Mónica Corona, Jorge Ochoa, quienes nos han compartido de una manera enriquecedora sus acercamientos a la noviolencia.
Por medio del taller, construimos vínculos externos con otras instituciones, como la alianza con el GRIAL de Morelos, gracias a la cual se logró la participación de una de nuestras compañeras en el Campamento de Verano Cornwall 2015, en el que se reunieron jóvenes mujeres activistas de varias partes del mundo para compartir sus experiencias en torno a los derechos de las mujeres y las niñas y las estrategias para la participación activa desde la noviolencia en las comunidades. Parte del testimonio de nuestra compañera fue:
Es difícil pensar en soluciones o caminos cuando miras cómo la violencia está presente en tu día a día y, sobre todo, cómo es que uno la legitima. Pero eso no quiere decir que todo esté perdido… hemos comenzado ese camino de deconstrucción y análisis juntos. Se acerca el trabajo duro: meter el cuerpo; sin embargo, me parece que a pesar de las adversidades es el momento preciso para actuar, y me siento segura al involucrarme con un equipo que valora el trabajo de todos y cuida de todos. (Maya Gallardo).
Coincidimos en que es necesario construir caminos hacia la paz, pero cada persona tiene nociones muy distintas de lo que eso significa y, por lo mismo, grandes diferencias en los modos de actuar. Nosotros concebimos la paz como un proceso continuo para construir caminos de convivencia más justos y dignos, que contemplen el “bienestar común”, una forma de vida que promueva la toma de decisiones horizontales y la transformación positiva de los conflictos a través de la comunicación noviolenta, permitiendo relaciones basadas en la confianza, la escucha empática y la colaboración.
Extendemos una invitación a la comunidad en general para unirse a este espacio de reflexión.❧