Huellas

armonía y paz

Con motivo de las actividades culturales destacadas que se realizan en la máxima casa de estudios, Patricia Godínez presenta este texto donde habla de la primera clase masiva de Yoga, impartida por la maestra Gaby Zermeño, quien convocó a estudiantes, maestros y público interesado, para practicar y conocer más de la filosofía del Anusara Yoga, que tiene como objetivo generar un balance espiritual, mental y corporal.

La explanada de la Torre universitaria de la UAEM, fue el espacio donde se llevó a cabo, el viernes 22 de agosto, una clase masiva de Yoga, promovida por la Dirección de Difusión Cultural de la máxima casa de estudios morelense y su jefatura de Promoción Artística a cargo de Ina Larrauri. La invitación a participar se extendió a la comunidad universitaria y público de todas las edades.

La clase masiva corrió a cargo de Gaby Zermeño, maestra certificada en Anusara Yoga, quien mediante la práctica de dicha actividad, desde 1999, realiza talleres y pláticas, con las cuales ayuda a las personas a desarrollarse física y emocionalmente.

La milenaria práctica del Yoga promueve el bienestar físico y mental que permite estados meditativos y de relajación para alcanzar, según las personas que lo realizan, paz mental. Más allá de que se le relacione con la religión, esta actividad se realiza en todas partes del mundo y, aunque se ha fusionado con otras disciplinas, permanecen varios tipos de Yoga, como es el caso del Raja Yoga, Gñana, Karma, Hatha, Bakti, Ashtanga Viniasa, Kriyá y Kundalini, sólo por mencionar algunos.

Bajo el argumento de que la paz comienza por nosotros mismos, la clase masiva de Anusara Yoga en la UAEM tuvo como propósito generar en la comunidad el reconocimiento de valores, como la confianza y solidaridad; que al estar compartiendo un mismo espacio, con la misma energía, se tenga la capacidad de voltear a ver al de al lado y reconocernos en el otro.

Clase de Yoga en la UAEM. Fotografía de Ina Larrauri

Anusara (“fluir con gracia” en sánscrito) combina varios principios de Hatha, Jnana y Bhakti Yoga, que según sus practicantes, hace posible la apertura de todos los niveles del ser, cuerpo, mente y corazón, mediante posturas físicas de los principios “abrirse a la gracia”, “energía muscular” y “espiral externo”, y con la visión de revelar la bondad innata, la valía y la naturaleza Suprema, para finalizar con “la energía orgánica” que permite la expulsión externa de las energías, con la cual se alcanza mayor flexibilidad en las posturas.

Al respecto, Ina Larrauri, Jefa de Promoción Artística, organizadora de esta actividad, comentó: “La práctica de Yoga te ayuda a conectar con un espacio de paz interna que no depende de nada externo, y es desde ese estado de paz que podemos hacer un verdadero cambio, que podemos subir nuestra vibración y crear, desde adentro, el mundo en que queremos vivir, un mundo en equilibrio, un mundo sin violencia, sin delincuencia. Con esta propuesta, buscamos generar ese espacio donde podamos convivir, enmarcando el compromiso social de la Universidad y la reconstrucción del tejido social”. 

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