En el marco de las actividades organizadas por la Dirección de Comunicación Intercultural, durante septiembre de 2016, en la galería Víctor Manuel Contreras se llevó a cabo una muestra que recordó a los 43 estudiantes de Ayotzinapa, a veinticuatro meses de su desaparición forzada.
A dos años… 43 razones para vivir es el título que llevó la exposición presentada el 8 de septiembre de 2016 en la galería Víctor Manuel Contreras de la UAEM, a cargo de Georgina Toussaint, Enna Negrón y Ana Karen Allende, quienes, inspiradas en el movimiento “Yarn Bombing o Guerrilla Crochet”, representaron las virtudes de los estudiantes de Ayotzinapa, desaparecidos el 26 de septiembre de 2014.
La versión “histórica” de la Procuraduría General de la República nos dice que los estudiantes fueron quemados en el basurero de Cocula, mientras el fuego era avivado y conservado por la quema de llantas de automóvil que ahí se encontraban. Por ello, aunque visto desde otro ángulo, el principal elemento de esta exposición fueron 43 llantas, las cuales se cubrieron con tejidos llamativos de estambre que simbolizaban el cobijo, la calidez y el amor que en aquel momento hizo falta a nuestros desaparecidos. Asimismo, en cada una de las llantas se colocó una flor blanca que representaba la esperanza.
Respecto a este acto simbólico, la autoras coincidieron en que “al tejer, nuestro arte no es ajeno a nuestros pensamientos; al crear las flores, ofrendamos amor hacia estos jóvenes, a sus familias, a sus amigos, conocidos y desconocidos que fueron afectados por su ausencia. Al tejer y forrar las llantas buscamos resignificar ese hule, al enredar cobijamos con suavidad, con calidez; damos un consuelo personal, lo que no tuvieron los estudiantes al ser violentados”.
A pesar de la naturaleza de esta colorida exposición, en la que se enfatizaron las virtudes y valores de muchos mexicanos, es inevitable no sentirse inundado por la tristeza, la indignación y el repudio, sentimientos que engloban los acontecimientos “políticos” y violentos que hasta hoy mantienen desaparecidos a estos 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, a quienes continúan buscando padres, familiares y compañeros. Estoy seguro de que su esfuerzo culminará con el deseado encuentro con sus hijos.
“Este homenaje se centra en características virtuosas que percibimos de los jóvenes que desaparecieron en Ayotzinapa, Guerrero. Es un llamado a la reflexión individual con el propósito de descubrir en cada una de las personas que reciba esta exposición sus propias virtudes, invitarla a crecer esas características propias que sumadas logran cambios importantes, tanto en la vida propia como en la sociedad”, agregaron las artistas.
Agradezco a las autoras de la exposición que se hayan sumado a la lucha contra el olvido. Esta muestra se une a muchas otras expresiones artísticas y de protesta que se han llevado a cabo en nuestro país y en el mundo; en la actualidad, es preciso hablar de aquello que alimenta la razón y la resistencia de los movimientos sociales. Es preciso luchar por la memoria y contra el olvido que quiere imponer el Estado.
Caminemos, pues, hacia una realidad más justa, más humana, con el sentido común como estandarte, dejando de lado el pensamiento posmoderno que impera en nuestros jóvenes y adultos; eduquemos para transformar nuestra realidad, no para legitimar aquello que nos lastima, oprime y violenta. Está en nuestras manos lograr que este movimiento social no sea olvidado. Vivos se los llevaron, vivos los queremos. ❧
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