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Acotar el camino

La iniciativa que estamos dando a conocer en este encuentro internacional se puso a caminar hace poco más de un año entre un pequeño grupo. No nos reunió una ideología o una propuesta política. Nos reunió la amistad. En estos tiempos desastrosos, el único espacio que acaso queda aún para la reflexión política profunda es el de la amistad, con la característica gratuidad que define la relación entre amigos y amigas.

Una de las razones de esta iniciativa era el despertar: la posibilidad de abrir seriamente los ojos ante lo que está pasando. Teníamos la impresión de que todos queríamos salir de la pesadilla de la negación. Ese impulso nos unió. Quisimos abrir bien los ojos para saber dónde estamos, saber qué tipo de horror ha caído sobre nosotros, y mirarnos sin miedo. Igualmente, nos unió el aliento de esperanza que supone una fe, una confianza. Pero este impulso no es posible si no lo alimentamos, lo nutrimos. ¿Qué clase de fe podemos alimentar para nutrir una esperanza?, nos preguntamos hace un año. Y de esta manera encontramos la esperanza que nace de sólo pensar que algo es posible frente al horror que vivimos y de la reflexión de que vale la pena ponerse a caminar, aunque no se tenga muy claro el itinerario ni la imagen del paradero final.

Caminamos este año, con muchos compañeros y compañeras, y tanto nuestra fe como nuestra esperanza se fortalecieron.

Lo primero que hemos sentido a lo largo del año es que no se puede seguir viviendo con miedo. ¿Qué hacer cuando instalamos en nuestra experiencia concreta ese lema magnífico que afirma: “Nos quitaron tanto que hasta el miedo nos quitaron”?

Este año experimentamos también una sorpresa: el mundo que se postuló por tanto tiempo como ideal y realidad está desapareciendo. Es un mundo sin salida. ¿Qué es lo que pasaba?, ¿de dónde provenía ese miedo?, ¿por qué se trataba de negar el horror en que habíamos caído? Volvíamos la vista a todas direcciones y no parecía haber salida, ni económica, ni social ni política. Dimos, así, con uno de los peores callejones sin salida en que estamos: los callejones académicos y teóricos dominantes, pero también encontramos una posibilidad distinta que ha surgido entre nosotros: no dejarnos atrapar por esos huacales académicos, teóricos y políticos en que estamos atrapados. Debemos salir de ellos, empezar a pensar de otra manera y descubrir que hay muchas salidas frente a nosotros.

Cada vez es más evidente que vivimos en un cambio de época. La incertidumbre que se extiende nace, en parte, del hecho de que los conceptos, las racionalidades que venían de atrás ya no sirven para entender lo que está pasando y todavía no llegan los nuevos conceptos, las teorías de la época reciente. Hay que voltear la mirada a la gente común, a los hombres y mujeres ordinarios. Cuando se pasa de una época a otra, cuando se hace imposible sobrevivir en la época que muere, la gente común comienza a hacer cosas radicalmente distintas a las que estaba haciendo. Así nace el mundo nuevo.

Otro elemento que debemos tomar en cuenta y forma parte de la estructura de este coloquio es que en un cambio de época son, a menudo, los artistas quienes empiezan a olfatear el mundo nuevo. No producen sus creaciones en forma lógica, como una secuencia de pensamiento: porque A, sigue B. No actúan conforme a la lógica que está muriendo. Sus intuiciones pueden estar atadas al pasado, pero con frecuencia son anticipo del futuro.

Desafortunadamente estamos empezando este coloquio al día siguiente de un nuevo Ayotzinapa. Tuvo lugar algo parecido al 26 de septiembre, en el mismo lugar y de la misma forma salvaje y degradante. Se libra una guerra contra nosotros y tenemos que tomar partido en ella. No podemos alzarnos de hombros. Deben estar presentes en este coloquio los 43 que nos faltan. Con ellos, sentados aquí entre nosotros, hemos de explorar cómo salir de este atolladero.

Quienes lanzamos esta iniciativa queremos agradecer sinceramente la hospitalidad de cada una de las universidades que serán sede del coloquio y la increíble solidaridad y compromiso que mostraron cientos de personas para hacerlo posible. Muchas gracias a todos. ❧

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Gustavo Esteva
Gustavo Esteva
Activista mexicano y fundador de la Universidad de la Tierra en Oaxaca
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