Traducción de Pedro Bonnin Hace tiempo, la Fundación 2 de Marzo invitó al filósofo francés Alain Finkielkraut a una mesa redonda sobre los actuales sistemas de comunicación. Finkielkraut aprovechó el foro para hablar de las formas totalitarias que esos medios, que se presentan como espacios de libertad y democracia, encierran. La libertad fatal es la libertad de una opresión tiránica que nos hace creer que somos libres; es, dice Finkielkraut, el “peligro totalitario de una vigilancia omnipresente”. Cuando escucho los eslóganes de la revolución digital, cuando miro –¿cómo hacerlo?– sus innumerables filmes publicitarios, tengo la penosa impresión de vivir en...